Cúspides de un pulmón
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El 29 de octubre de 1924, es decir ahora 100 años, cuando apenas había 400 vehículos motorizados en la capital alavesa, un Citröen de apenas 4 cilindros y 5 H.P. culminó por primera vez la tan ansiada montaña del Gorbea. Este coche partió del propio pueblo de Zárate por donde años atrás subieron la última cruz.
Hoy, aunque por meses no llegamos al centenario, volvemos a recordar aspectos curiosos de la historia. Y es que a pesar de que esta montaña ya ha sido coronada por miles de montañeros, entre ellos gente en silla joëlette, nos ha parecido increíble poder acariciarla y apreciar esa gran belleza de la que siempre hemos podido oir. A decir verdad, la ruta muestra su complejidad tanto por su longitud como por sus pendientes de cierta dureza; pero realmente creemos que es una auténtica vía de escape de la rutina que nos rodea.
De todos modos, a pesar de esta gran montaña, el colofón del día ha partido de otros factores. Primeramente y haciendo un pequeños inciso, cabe decir que el grupo que ha compartido montaña se ha comportado de manera unificada y de manera solidaria respetando turnos y tiempos. Voluntarios, amigos, familia,… todos han remado al mismo son; y eso hace que el disfrute se multiplique hasta el infinito y más allá. También hemos tenido el gran apoyo de grandes amigos donde por momentos nos hemos sentido como en una nube educativa-cultural. Que nos inspiren mediante historias, que nos hablen de la naturaleza, que nos hagan sentir como en casa,… hace que Gurpiltrek by Kemen recobre sentido. Por eso es tan importante rodearse de buena gente y gente de saber.
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