Manu o el Rey Midas

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Hoy se nos ha despertado la sed de escribir. Nuestros post, a pesar de ser escuetos, están llenos de emoción, hechos desde nuestro más profundo sentimiento. Puede que haya quien piense que no sirve más que para nosotros mismos. No obstante, siempre hemos creido que parte de nuestros principios se expresan en ellos y creemos que difundir estos es importante. Es cierto que no son las notas de un gran alpinista; no hay ochomiles en nuestro palmarés. Somos como quien dice montañeros del montón. Sin embargo debemos pensar siempre que nuestras vivencias son únicas y compartir estas… ¿por qué no?

Ya son unos cuantos años de nuestros primeros pasos. Una salida, otra,… nuestra mochila esta repleta de ellas. Y no hay donde no hayamos visto, aprendido algo.  Es cierto que tenemos muchas cosas que se han quedado en el tintero pero la experiencia es la que nos muestra esa fuente llena de sabiduría. Para ello, creemos imprescindible aprender de gente como Manu Sobrino. O así es como pensamos. Él siempre tiene esa sonrisa, siempre tiene alguna que otra palabra llena de humildad; pero si hay algo para destacar es la fuerza y voluntad que muestra cada día. Manteniendo la receta de las aves y la naturaleza y disfrutando de las capacidades que nos ofrece la vida, nos muestra que esta está para disfrutarla como nunca. He ahí lo que entendemos como la base del “Naturalista Cojo”. Y es que al igual que el propio rey Midas todo lo que toca reluce con ese gran color dorado cosa que sólo los grandes maestros son capaces de hacer.

El domingo pasado, estuvimos en las maravillosas campas de Urbia. En esta ocasión eran varios los grandes maestros y maestras las que nos deleitaban con su gran sapientia. Gracias a gente como Maite, Iñaki, Leire y otros grandes amigos, hablamos sobre aves, fósiles, historia, mitología,… hablamos sobre lo grande que es la vida. Y compartir esa experiencia nos lleno de vida, de paz. Por eso mismo no precisamos de un Olimpo, no precisamos de una primera plana, no precisamos de ninguna medalla. Puede que nunca seamos los primeros en algo, puede que no seamos los más rápidos; “puede que demasiado viejos, demasiado pequeños”. Pero a pesar de todo lo que se pueda o no se pueda, este es el gran tesoro de la vida. 


Caminando juntos sabe mejor

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