¡El día ha llegado!

Son muchos los meses desde la última salida. Meses de intensidad, meses duros donde ha sido difícil ver más allá de nuestros ojos. Podríamos decir que la pandemia nos ha enseñado los dientes, y es que gente de nuestro entorno, de nuestro trabajo, de nuestra familia ha sufrido mucho y lo ha pasado realmente mal. Hay quien incluso se ha quedado por el camino. Pero a pesar de lo drástico y duro de la situación hemos querido seguir caminando en lo que hacemos. Y es que esas personas que siguen sin poder ejercer muchos de sus derechos se lo merecen. Ganas no faltaban; nosotros sin embargo esperando el momento oportuno; y el remolino de la responsabilidad dando vueltas en círculo.  

No obstante, ahora, después de esta larga espera, volvemos a las veredas; fortalecidos, con ganas. Y de ahí el resultado de esta “primera” salida. A decir verdad, ha habido momentos maravillosos, emocionantes, llenos de magia. Hemos acudido a la montaña como si fuéramos niños; con unas ganas colosales, saltando, brincando… y viendo cada rincón como si nunca hubiésemos visto algo parecido. El objetivo oficial: Erlo y Xoxote. Sin embargo nuestro objetivo correspondía más a la vuelta a nuestro proyecto, a la restauración de la esencia entre la persona y la naturaleza. Es más hemos puesto en práctica aquel protocolo que hemos elaborado durante tantos meses: medición y control de temperaturas, desinfección de superficies, aplicación de medidas correspondientes,… cosa que no ha afectado en absoluto nuestras ansias de disfrutar. Cierto es que el viento a arreciado vigoroso hasta el punto de tener que cambiar la ruta. Pero hemos culminado de manera inigualable la segunda cumbre que nos proponíamos. Y no podíamos esperar menos; y es que Oscar, Saioa y Ander son maravillosos y su presencia lo facilita todo. La experiencia, la sabiduría, el sosiego, las ganas de esta familia es único.A pesar de todas las barreras siempre tienen ese pensamiento de encontrar algún tipo de salida. Y compartir una experiencia con gente de este tamaño… es indescriptible. Ante esto, sólo podríamos decir que somos unos auténticos privilegiados y como privilegiados decir que: gracias por ofrecernos estos momentos tan maravillosos

Ahora, poco a poco nos toca dar pie a las salidas atrasadas.