Olatz y los gentiles
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Dibujo de un gentil con una piedra considerable sacado de la web hiru.eus |
La hija al padre:
- Aita ¿qué es un gentil?
El padre, un hombre corpulento y de gran envergadura,
estando frente a la iglesia de Olatz, barrio montañés de Mutriku, le empieza a
contar una pequeña historia a su hija de unos 6 años:
- Cuantas veces habremos pasado frente a “Amill”, aquel
peñasco que está cerca del mar de nuestro pueblo. Al parecer, se cuenta que nuestros
antepasados, aquellos que habitaban estas tierras antes que nadie, siendo
grandes y con una fuerza jamás imaginada, jugaban con el escollo como si
estuvieran jugando con la pelota de tal manera que un día le dieron tal patada
que desde el monte Arno llegó el propio pedrusco hasta donde está ubicado.
También se cuenta que desde este
mismo monte, caía una piedra de grandes dimensiones hacía el caserío Antzuitza.
Ante la catástrofe que podía ocurrir un gentil paro la piedra al instante con
el codo. No obstante no hace mucho que retiraron la piedra.
La hija asombrada:
- Entonces, eran ¿buenas personas?
La respuesta del padre fue bonita y realmente me asombró.
- Los gentiles son personas como tu y como yo. Eran
personas trabajadoras, que creían en la madre tierra, en todo lo que nos rodea.
Sin embargo, cuando alguien cree que eso es cosa sólo de unos pocos
baserritarras, los deja de lado, se ríen de ello y cuentan historias para que
sus retoños teman un poco lo desconocido. Esto ha hecho que se creen historias
sorprendentes y en un mismo tiempo angustiosas y que las personas que viven
alejados de las personas sean temidas.
La hija mostrando su preocupación:
- Que pena. Además de vivir solas…
El padre:
- A decir verdad tienen buena penitencia. Pero piensa que
hay gentiles que son muy sensibles y realmente extraordinarios, sino mira el
Olentzero.
La hija sonríe nuevamente, y juntos echan de nuevo a andar.
Yo continúo sentado con mi bocadillo. La caminata a merecido
la pena pero la escucha más.
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