El misterio del tejo
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Pagoeta guarda para sí varios tesoros. Sin embargo, hay un
elemento que llega a ser misterioso y alentador como es el tejo. Al parecer, analizando los diversos documentos, en época romana, los várdulos y los pueblos colindantes se valían de las hojas
de este árbol para envenenar sus armas frotando el filo o para suicidarse en
caso de caer en manos de los enemigos*. Este hecho puede sean palabras de un
simple charlatán para generar miedo u odio. No obstante, sabiendo que el
misterio sigue en el aire... hemos pensado ir más allá. Investigando en
la amplia bibliografía observamos que las semillas del tejo poseen una
sustancia tóxica denominada taxina. Este elemento tóxico provoca nauseas y
somnolencia llevando a la persona a un estado de coma. Una vez bajada la presión
sanguínea y el pulso, procede a una parada respiratoria y con ello la propia
muerte. Sin embargo, este árbol siempre ha estado en lo más alto de lo sagrado.
Al parecer, su longevidad hizo que desde la época de los celtas se acogiera
como un símbolo de lo eterno y de ahí el porqué de hacer congregaciones a su
sombra.
Teniendo esto en cuenta, decir que Pagoeta,
es decir, la elección montañera de Donato, es un habitat perfecto para este
tipo de árboles, y así es como se encuentran un gran número de estos singulares
árboles. Más allá de envenenarnos creemos bonito poder congregarnos a su vera
como lo hicieron nuestros antepasados. Esperemos que Donato pueda disfrutar
pronto de su resplandor lleno de misterio y nosotros podamos acompañarle en
esa experiencia.
Aurkenerena, J. (1999): Euskal Sinesmen
Zaharrak. Gero Argitaletxea; Bilbo. Pag. 48
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