Miren y el valle de las simas

Miren ha esperado con gran paciencia su gran día. Y es que los días por lluvia, por fuertes vendavales,... por fin han dado tregua. Parecía que estabamos condenados a la desdicha. Pero al igual que el año nuevo trae agua nueva (Ur-te berri on), nos ha dado una nueva oportunidad de disfrutar de la naturaleza. Y estas oportunidades no hay que dejarlas escapar. A pesar del frío inicial, hemos seguido los pasos del sol y nos hemos adentrado al valle de las simas. Los termómetros seguían tiritando, pero hemos buscado con ímpetu la placidez del astro rey. Cascadas, la melodía de lo pocos petirrojos y carboneros,... hemos podido apreciar la naturaleza en su desnuda plenitud. Y como no, el rincón favorito de los andoaindarras, el tan preciado puente de Unanibia o más conocido como Puente de las Brujas mostrando su mejor gala.

No obstante, no hubiese sido igual sin la compañía de Miren. Su sabiduría, su experiencia como montañera, ha hecho del camino una ruta increible. Estas cosas son las que nos dan las ganas de hacer lo que hacemos. Eso es compartir una experiencia de montaña. Y por ello, simplemente decir que para cuando quiera aquí nos tiene. Pero como bien ha dicho ella, a la siguiente... Urbia