Espina de una sombra

La pandemia vuelve a pasar de refilón. Nos muestra su carácter más leve pero por miedo a ir más allá retrocedemos y evitamos un mal mayor. A veces es complicado decir no a que otras personas puedan disfrutar de la propia naturaleza. Pero cuando algo tan letal se esconde entre las sombras, es mejor pausar nuestra actividad y ver el alcance de su contagio. De ahí la primera regla de la seguridad en la montaña, y es que debemos velar por la seguridad de todos y cada uno de los integrantes.

Hoy, íbamos camino a un precioso trabajo en equipo pero hemos tenido que abortar nuestra presencia. Realmente sentimos no poder estar donde tanto deseábamos pero… creemos que aunque esto haya venido en el último instante era la mejor y única opción. No obstante, queremos hacer saber que para lo que se quiera aquí estaremos presentes.