Construir sobre lo construido
06:06Siempre hemos creĆdo que la voluntariedad de uno mismo es
realmente importante para cambiar lo que nos rodea. Es suficiente querer y
actuar para que nuestro entorno próximo mĆnimamente pueda reflexionar sobre lo
que se estĆ” haciendo, y asĆ incitar a la conciencia crĆtica la cual tarde o
temprano facilitarĆa la transición al cambio. Por eso es imprescindible la
función del voluntariado; el voluntario da nuevas fuerzas a cada proyecto, da
nuevas fórmulas, ofrece su impresión externa, y eso ayuda a reconstruir y
mejorar lo construido. Sin embargo, no debemos olvidar que la función de la
agrupación a la que se integra, debe formarle para que sus primeros pasos no se
desorienten de la finalidad. Sólo asĆ conectarĆ”n entre sĆ.
No hace unos dĆas del DĆa Internacional de la Discapacidad.
Hoy por hoy hay miles y miles de proyectos encaminados a un mismo fin como es
la inclusión social. Sin embargo, y manteniendo como único propósito la calidad
de vida, vemos que muchos de esos proyectos (entre ellos algunos de grandes
dimensiones) aĆŗn tienen mucho por recorrer. Suministran a la persona usuaria de
bienestar fĆsico, material e incluso parte del bienestar emocional con la
voluntad de alcanzar la inclusión. Sin embargo, parece que pierden dimensiones
por el camino y olvidan lo mƔs importante como pueden ser los derechos y la
propia capacidad de decisión como es la autodeterminación. Es como si hubiera
cierto miedo a que pudiesen decidir todo aquello relacionado con su vida. Y
esto dificulta tanto las relaciones interpersonales exteriores como el propio
desarrollo personal de cualquier persona (sea persona con osin discapacidad). En consecuencia, simplemente
conseguimos un grupo de personas con diferentes jerarquĆas. Y si nos fijamos en
la mayorĆa de agrupaciones de nuestro entorno nos daremos cuenta que los
servicios no se amoldan a las necesidades sino que meten a la persona dentro de
ese servicio y lo moldean a sus anchas hasta que se completa la adaptación.
Ante esto, nos preguntamos ¿dónde estĆ” el poder de decisión de la persona?¿os
imaginĆ”is no poder ni decidir que vestirse?¿os imaginĆ”is no poder salir a
pasear sin permiso?
Por eso es tan importante que las personas con discapacidad
decidan y sepan que sus derechos son Ćŗnicos e independientes. Por eso es tan
importante que quien decida, qué, cómo, cuÔndo, dónde, con quién, sea la propia
persona y no otra. Es cierto que podemos orientar, ofrecer alternativas, pero la persona quien decide compartir con nosotros
su propia experiencia es quien decide su ruta. Y nosotros, somos quienes
debemos agradecer la gran oportunidad de compartir esa experiencia. Sólo asĆ
pasaremos de supuestas circunstancias excepcionales decididas por terceros a
situaciones de normalización decididas por uno mismo. Y en eso debe constar los
primeros pasos de las agrupaciones hacia los voluntarios; en la normalización y
en velar por la calidad de vida de cada uno ya que la dignidad empieza en el
instante que caminemos en esa dirección.


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