Construir sobre lo construido

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Siempre hemos creĆ­do que la voluntariedad de uno mismo es realmente importante para cambiar lo que nos rodea. Es suficiente querer y actuar para que nuestro entorno prĆ³ximo mĆ­nimamente pueda reflexionar sobre lo que se estĆ” haciendo, y asĆ­ incitar a la conciencia crĆ­tica la cual tarde o temprano facilitarĆ­a la transiciĆ³n al cambio. Por eso es imprescindible la funciĆ³n del voluntariado; el voluntario da nuevas fuerzas a cada proyecto, da nuevas fĆ³rmulas, ofrece su impresiĆ³n externa, y eso ayuda a reconstruir y mejorar lo construido. Sin embargo, no debemos olvidar que la funciĆ³n de la agrupaciĆ³n a la que se integra, debe formarle para que sus primeros pasos no se desorienten de la finalidad. SĆ³lo asĆ­ conectarĆ”n entre sĆ­.
 
No hace unos dĆ­as del DĆ­a Internacional de la Discapacidad. Hoy por hoy hay miles y miles de proyectos encaminados a un mismo fin como es la inclusiĆ³n social. Sin embargo, y manteniendo como Ćŗnico propĆ³sito la calidad de vida, vemos que muchos de esos proyectos (entre ellos algunos de grandes dimensiones) aĆŗn tienen mucho por recorrer. Suministran a la persona usuaria de bienestar fĆ­sico, material e incluso parte del bienestar emocional con la voluntad de alcanzar la inclusiĆ³n. Sin embargo, parece que pierden dimensiones por el camino y olvidan lo mĆ”s importante como pueden ser los derechos y la propia capacidad de decisiĆ³n como es la autodeterminaciĆ³n. Es como si hubiera cierto miedo a que pudiesen decidir todo aquello relacionado con su vida. Y esto dificulta tanto las relaciones interpersonales exteriores como el propio desarrollo personal de cualquier persona (sea persona con  osin discapacidad). En consecuencia, simplemente conseguimos un grupo de personas con diferentes jerarquĆ­as. Y si nos fijamos en la mayorĆ­a de agrupaciones de nuestro entorno nos daremos cuenta que los servicios no se amoldan a las necesidades sino que meten a la persona dentro de ese servicio y lo moldean a sus anchas hasta que se completa la adaptaciĆ³n. Ante esto, nos preguntamos ¿dĆ³nde estĆ” el poder de decisiĆ³n de la persona?¿os imaginĆ”is no poder ni decidir que vestirse?¿os imaginĆ”is no poder salir a pasear sin permiso?
 
Por eso es tan importante que las personas con discapacidad decidan y sepan que sus derechos son Ćŗnicos e independientes. Por eso es tan importante que quien decida, quĆ©, cĆ³mo, cuĆ”ndo, dĆ³nde, con quiĆ©n, sea la propia persona y no otra. Es cierto que podemos orientar, ofrecer alternativas,  pero la persona quien decide compartir con nosotros su propia experiencia es quien decide su ruta. Y nosotros, somos quienes debemos agradecer la gran oportunidad de compartir esa experiencia. SĆ³lo asĆ­ pasaremos de supuestas circunstancias excepcionales decididas por terceros a situaciones de normalizaciĆ³n decididas por uno mismo. Y en eso debe constar los primeros pasos de las agrupaciones hacia los voluntarios; en la normalizaciĆ³n y en velar por la calidad de vida de cada uno ya que la dignidad empieza en el instante que caminemos en esa direcciĆ³n.

Caminando juntos sabe mejor

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