Pérdida de naturaleza y pandemias. Un planeta sano por la salud de la humanidad
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UN PLANETA SANO PARA HUMANOS
SANOS
Aunque
todavía hay mucho debate científico, está comprobado que la alteración del
equilibrio de los sistemas naturales por destrucción directa de hábitats,
pérdida de biodiversidad, tráfico de especies, intensificación agrícola y
ganadera, y los efectos amplificadores del cambio climático, aumentan
notablemente el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas transmisibles
al ser humano. La solución pasa por frenar la extinción, mantener la
integridad de los ecosistemas, reducir nuestra huella ecológica, luchar contra
el cambio climático y asumir que nuestra salud depende de la salud del planeta.
En el actual contexto de crisis sanitaria global provocada por el coronavirus, la prioridad es detener la expansión del virus y luchar con todos los medios posibles para salvar todas las vidas humanas posibles. Desde WWF nos solidarizamos con todas las familias que están siendo víctimas de la enfermedad y les mandamos nuestro apoyo y cariño en estos momentos tan difíciles. Pero tenemos que recordar que esta crisis está directamente vinculada con la destrucción del planeta y que, después de la emergencia sanitaria será necesario replantearse la prevención y lucha de futuras pandemias.
Las zoonosis son enfermedades originadas por patógenos que proceden de especies animales. El 70% de las enfermedades humanas tienen origen zoonótico. Es decir, son producidas por microorganismos patógenos que se transmiten al hombre a través de una especie animal.
La destrucción de bosques debido
a las talas, la minería, la construcción de carreteras, las urbanizaciones y el
aumento de la población, no solo provoca desaparición de especies sino también
que las personas tengan un contacto más directo con especies de animales con
las que nunca habían tenido contacto, y con ello a las enfermedades que puedan
albergar.
El tráfico de especies, su
consumo y contacto directo con restos de animales silvestres, expone a los
humanos al contacto con virus u otros patógenos de los que esos animales pueden
ser un huésped o vector. El pangolín, la víctima más afectada
del mundo por el tráfico de especies, podría ser el vector que
ha desencadenado la actual pandemia, al consumirse en China y otros mercados
asiáticos.
La intensificación agrícola y ganadera provoca
destrucción de hábitats y pérdida de biodiversidad, de manera que es también un
factor importante en la propagación de zoonosis.
El cambio climático está
amplificando las principales amenazas que afectan a la biodiversidad y favorece
la expansión de virus y bacterias, o de sus vectores, debido a su preferencia por
ambientes húmedos y cálidos, facilitando la aparición de determinadas especies
en nuevas áreas donde pueden llevar enfermedades antes desconocidas o
desaparecidas.
Luis Suárez, uno de los
autores del informe y coordinador de conservación en WWF España, resume en un
video las principales ideas del informe.
Proteger
la naturaleza, frenar la extinción de especies, la pérdida de biodiversidad,
mantener la integridad de los sistemas naturales, terminar con el tráfico
ilegal y consumo de animales silvestres, luchar contra el cambio climático,
cambiar el actual modelo de producción y consumo y, asumir en definitiva que nuestra salud y
bienestar depende directamente de la salud del planeta, es la premisa
fundamental para evitar futuras pandemias.
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