Un tesoro de muchos años

4 años desde nuestra primera huella. Y aunque no parezca gran cosa, son miles las experiencias, las tertulias y los momentos inigualables; y estos no sólo han sido confeccionados en espacios naturales. Sin embargo, hay quien a pesar de su discapacidad ha sido pionero en las montañas de Gipuzkoa como montañero. Caminando junto a Miguel Angel Gómez hacia la cresta del Irimo en el 2017, este recordó la gesta de su compañero Juanjo Odriozola el cual culminó esta misma cumbre dos años atrás junto a su familia. Al parecer fueron suficientes una silla de cocina y dos palos robustos. Como bien expone una famosa empresa de textil en su lema, “non gogoa han zangoa” (Allá donde están tus ganas, donde vuelan tus pensamientos, allí estará tu pie). Y así es como llegarían al éxtasis.

Otro gran ejemplo, es el ejemplo de Aitor Garciarena. Este Irundarra que creció en tierras de Berastegi, vagó entre montañas de ese entorno durante la década de los 90. A día de hoy, lo que parecía imposible Aitor lo cuenta con total naturalidad esos bellísimos recuerdos; pero para nosotros, escuchar tales anécdotas son como un precioso tesoro lleno de inspiración.

Por ende, nuestro objetivo, más allá de la propia naturaleza, ha sido siempre conocer a la propia persona. Sólo así, y siempre a petición de ellos, podemos facilitarles diversas rutas que sean acordes; no obstante, la última decisión siempre recae en la persona, y es que es quien decide que, como, cuando, con quien, donde,… Eso es lo que hace que el camino sea mágico. Y bien es cierto que esto conlleva tiempo, pero donde allá un cortado, una buena cafetería, un momento lleno de encanto,… el tesoro se multiplica por mil.