Mal para todos

Cada calle, cada montaña, cada sendero... están a rebosar. Casualmente todos han despertado el carácter deportivo que habita en nuestro interior; mientras sea saludable, vamos bien. Diferentes líneas de investigación han verificado que tanto los residuos como la contaminación se ha reducido a la mitad, y parece ser que el confinamiento tiene relación directa con estos resultados. Por lo que se ha podido apreciar, el hecho de quedarse en casa ha desarrollado una disminución de suciedad en nuestro entorno y esto mismo ha facilitado la mejora de la biodiversidad del medio natural. No obstante, una vez empezar las fases, iniciar a hacer supuesto “deporte” (ironía dirigida a unos pocos)  y vuelve la suciedad como por arte de magia. El instinto de la porquería vuelve al ser de unos pocos, y parecen no darse cuenta que esa fechoría es para mal de todos.

No hace tanto se publicó más de una investigación donde relacionaba la pandemia con la destrucción del medio natural y con la suciedad que generamos. Día a día bien sabemos que nuestra tierra recibe golpes muy duros, y a causa de ello la defensa que nos puede ofrecer es más reducida. Tala de bosques enteros, quema intencionada de tierras, destrozos con el fin de “mejorar nuestra comunicación”... todo afecta. Y si además quien se mueve entre sus faldas continúan en sus trece de manchar su manto verde... es imposible avanzar.

Al parecer no es suficiente con pasar una pandemia para que la gente se de cuenta. Y es que así, sólo conseguiremos por desgracia pasar a otra, y otra,... Para ello no debería hacerse saber sus consecuencias mediante sanciones económicas; no obstante parece que si no rascas los bolsillos la gente continúa como si nada. Siempre se ha dicho que ser limpio muestra el nivel cultural de uno mismo; demostremos que somos personas que respetan esa cultura

Por nuestra parte así seremos y es que nuestro proyecto no es nada sin el factor clave que es nuestra madre tierra.